Por eso me encanta ir a los Jardines del Moro, porque en verano llueven hojas pequeñas de los árboles y me pierdo por sus caminos verdosos e interminables. Después investigo las casitas de madera cerradas a cal y canto y pienso que es el lugar idóneo para vivir rodeada de fantasía. Me encanta la Princesita; la Princesita, los Jardines del Palacio Real, la banda sonora y los recuerdos estivales, sobre todo los recuerdos.
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