domingo, 4 de marzo de 2012

Please don't tell her.

Because I'm crazy like the rest of us
And I'm crazier when I'm next to her
And it's amazing how she's self-assured
And I know she'd hate me if she knew my words
Do I hurt anymore
Do I hurt, well

Ana Sergeyevna no lo visitaba ya en sueños, lo seguía por todas partes como una sombra, como un fantasma.


''Ana Sergeyevna llegó también. Se sentó en la tercera fila y Gurov sintió que su corazón se contraía al mirarla; comprendió entonces claramente que para él no había en todo el mundo ninguna criatura tan querida como aquélla; aquella mujercita sin atractivos de ninguna clase, perdida en la sociedad de provincia, con sus vulgares impertinentes, llenaba toda su vida; era su pena y su alegría, la única felicidad que ambicionaba, y al oír la música de la orquesta y el sonido de los pobres violines provincianos, pensó cuán encantadora era. Pensó, y soñó...''
Antón Chéjov, La dama del perrito.